El viajar es como una experiencia de aprendizaje

El aprendizaje se entiende, entre otras cosas, como un proceso que implica el manejo de cualquier información por parte de un individuo que refiera un cambio en su manera de pensar y actuar. Es una cuestión de percepción que establece una serie de experiencias que irán conformando el conocimiento que tendrá ese individuo del mundo que le rodea. Este principio básico señala la forma en que todos nosotros aprendemos, bien sea a través de información dada en un aula de clases o del contacto con nuestra realidad.

En este sentido, aprendemos de muchas formas y la mayoría de las veces lo hacemos de manera inconsciente. El viajar por ejemplo, es un hecho asociado más al placer que a otra cosa, pero resulta que están presentes muchas situaciones en las que podrás adquirir conocimiento, que de otra manera tendrás, ni siquiera en un aula de clases. De lo que se trata es comprender que puedes aprender de tus viajes, de tu relación con las personas, de ti mismo, de emitir tus propios juicios, entre otras cosas. De esta manera te daremos cinco aspectos que puedes aprender y trabajar cuando te encuentres viajando.

1. Eres capaz de mucho más de lo que imaginabas

Viajar representa una experiencia agradable, pero en el caso de algunas personas puede resultar intimidante en cuanto a relacionarse a personas desconocidas. Para que tu viaje resulte más placentero debes aprender a interactuar, ser más espontáneo, extrovertido, tener confianza e iniciar una conversación. Lo importante en todo caso es adaptarte a tu entorno y disfrutar el momento con gente que se encuentra en la misma situación que tú.

2. La gente es buena

No puedes realizar un viaje con la idea de que todo el mundo que te rodea tiene una mala intención. No puedes estar predispuesto antes de iniciar el viaje, por esta razón, aunque hay gente que actúa distinto a la norma, debemos entender que hay gente buena, con los mismos deseos de superación que tienes tú, con familia a la que ama y así debes tratarlos. Debemos estar más unidos por nuestras similitudes que por nuestras diferencias. La cortesía y los buenos modales nunca han dejado mal parado a nadie.

3. Eres sólo un grano de arena en el desierto

El viajar debe hacerte una persona más humilde, una persona dentro de una gran multitud, es sólo un sentimiento, una opinión un sentir entre muchas otras. La capacidad de adaptarte a tu nuevo entorno y compartir las inquietudes, las expectativas y emociones de la gente del lugar, es lo más recomendable. Aprende a conocer a la gente, su cultura, su historia, comparte su gastronomía y sus tradiciones. Ese aprendizaje te quedará para toda la vida.

4. Los estereotipos son ridículos

La tecnología de la información, entre otras cosas, nos ha formado falsos criterios que los tomamos como verdaderos. Estereotipos como que todos los italianos son mafiosos, los estudiantes estadounidenses son alcohólicos y pervertidos y que todas las mujeres suecas son supermodelos, solo resultan generalidades. El viajar te permite descubrir por ti mismo las verdades y mentiras de lo que se dice sobre ciertos lugares.

5. Cada lugar tiene algo diferente

Puede suceder que viajes a un país y que dentro de su geografía haya muchas culturas, modismos, gestos, costumbres, incluso un idioma diferente al nacional. Es el caso de muchos países del mundo, principalmente algunos de Europa. De esta manera cuando llegues de un sitio a otro aprende de la gente del lugar, cuáles son sus tradiciones, comidas típicas y todo lo inherente a su marco referencial. Algún gesto o palabra con un significado distinto, pueden iniciar una buena relación o terminarla.

Como puedes ver, son aspectos sencillos de la vida cotidiana que muchas veces pasamos por alto. Lo importante en todo caso es que tomes cada viaje como una experiencia de aprendizaje que formará una apreciación del conocimiento que tendrás de otras sociedades distintas a la tuya.